Desarrollo personal · febrero 16, 2024

Esto también pasará

Hoy te voy a contar un cuento:

Cuenta la leyenda, que un rey pidió a los sabios de su corte un anillo especial: Quiero que fabriquéis un anillo precioso para ocultar en él un mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación. Ese mensaje ha de ser muy breve para poder inscribirlo.

Aquellos eruditos habian escrito grandes tratados, pero no sabían cómo darle un mensaje de dos o tres palabras que pudiera ayudar al rey en esos momentos en los que consideraba que esa ayuda podría marcar la diferencia.

El monarca tenía un anciano sirviente, que le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, pero conozco el mensaje que buscas, porque lo compartió conmigo un sabio hace tiempo. El anciano escribió tres palabras en un pequeño papel, lo dobló y se lo entregó al rey con la advertencia: «No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo solo cuando sientas que todo ha fracasado y no encuentres salida a tu situación».

El momento llegó cuando el pais fué invadido y el rey tuvo que huir a caballo para salvar la vida mientras sus enemigos le perseguian. LLegó a un lugar donde el camino se acababa al borde de un precipicio. Y entonces se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró el siguiente mensaje: «Esto también pasará». Mientras leía aquella frase, los enemigos que le perseguian se perdieron en el bosque al errar el camino, y pronto dejó de oir el trote de los caballos.

Tras aquel sobresalto el rey logró reunir a su ejercito y reconquistar el reino. En la capital hubo una gran celebración que se prolongó durante varios días. El monarca quiso compartir la alegría con el anciano, a quien agradeció aquella providencial perla de sabiduría. Le contó como aquellas palabras le habian ayudado a no descubrir su posición o a no tirarse por aquel precipicio cuando todo parecía perdido.

El anciano, mientras sonreía porque entendía la alegría del rey, le pidió: Ahora vuelve a mirar el mensaje. Al ver la cara de sorpresa del rey, que le costó ver la idoneidad de aquel momento para aquel mensaje, explicó: «No es solo para situaciones desesperadas, sino también para las placenteras. No es solo para cuando estás derrotado, también sirve cuando te sientes victorioso. No es solo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero».

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: «Esto también pasará». Entonces, y solo entonces, comprendió la profundidad de aquellas palabras. Recuerda que todo lo circunstancial pasa, ya sea porque se queda atrás o porque te habituas, le recordó el viejo sirviente. Solo quedas tú, que permaneces por siempre. Solo queda el cambio.

(Anónimo)

Esta leyenda nos ayuda a comprender que todo es transitorio. La práctica del yoga o la meditación nos ayuda a tomar conciencia de la impermanencia. Esto nos permite valorar y apreciar cada instante presente como único, especial e irrepetible.