Desarrollo personal · julio 21, 2024

El arte de vivir

Hace tiempo que no había abierto el blog para ponerme a escribir. He atravesado una época de grandes cambios en mi vida. Y después de atravesar esa tormenta, me encuentro con una sensación muy familiar: «La sensación de volver a empezar». La persona que sale de esa tormenta no es la misma que la que entró en ella. Delante de mi vislumbro un vertiginoso horizonte nuevo, un espacio abierto que me invita a pararme, observar, sentir, estar…

Hace unos dias me he reencontrado con un escritor que tuvo una influencia importante en mi juventud: Walt Whitman. He leido un poema suyo que quiero compartir aqui. Me ha llegado en un momento en el que sus palabras resuenan, con fuerza, dentro de mi.

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesias si pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continua: Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
El silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
«Emito mis alaridos por los techos de este mundo», dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros «poetas muertos»,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
los «poetas vivos».
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.

¡No me canso de leerlo! Estas palabras me alientan, me nutren y dan vida a mi corazón.