Uncategorized · enero 2, 2025

Fin de año

La despedida de 2024 ha sido algo atípica, siguiendo la tónica de todo el año. Teniamos previsto quedarnos, mi hija y yo en casa para cenar temprano. Estaba cansada porque tiene exámenes despues de las vacaciones navideñas y tiene que dedicar varias horas diarias a estudiar. Que, por cierto, vaya ocurrencia poner exámenes del cuatrimestre en la universidad ¡después de navidad! Es una forma de fastidiar las fiestas. Pero, retomando el hilo, mi hija estaba cansada y no quería acostarse tarde. Pero a media tarde decidió parar de estudiar, su cabeza no asimilaba más. Asi que llamamos a mi cuñada que nos había invitado a cenar y aunque en principio habiamos decidido no acompañarles, ahora le preguntamos si todavía seguía en pie la invitación. Me respondió que, por supuesto, estaban encantados de recibirnos. Nos pusimos en marcha, preparé algunas cosas para llevar y nos fuimos para allá. Al llegar nos comentaron que tenian previsto cenar sobre las 10,30 para tomar las uvas a las 12. Como mi hija no aguantaría hasta esas horas, la familia ya estaban al tanto de la situación y tenemos suficiente confianza, acordamos que iríamos preparando canapés y tomando algo de manera informal. Entre bromas, risas y picoteos, sobre las 9 nosotras ya dimos por terminada la cena. Asi que nos dispusimos a tomar las uvas. Conectamos por YouTube con la celebración de otro fin de año en la Puerta del Sol. Mi cuñada hizo de maestra de ceremonia jaleándonos para que tomaramos las uvas a ritmo de campanada, cosa para mi imposible. Rara vez he terminado a tiempo. Pero como esta vez no eran en directo, volvimos a repetirlas para que yo tuviera la oportunidad de acabarlas con la última campanada. ¡Las ventajas del diferido! Asi que este año hemos celebrado el fin de año junto con los habitantes de algún pais de oriente medio, donde habría una diferencia horaria de tres horas. Después de las uvas brindamos con todos los presentes deseándonos un ¡Feliz año 2025! Mis cuñadas y sobrinos todavía no habian empezado a cenar y ya estaban brindando por el nuevo año. Asi que la escena fué completamente subrealista. A las doce de la noche, ya en casa, se oian los petardos, fuegos artificiales y toda la movida de las celebraciones de nochevieja, cuando nosotras ya hacia tres horas que habíamos entrado en el 2025. Fué una despedida de año especial. Agradezco a la familia el cariño, tolerancia, comprensión y aceptación. Compartiendo ese ritual de dejar atrás las experiencias vividas y mirar hacia delante abriéndonos a todo lo nuevo que la vida nos depare.

«Vale la pena volver a empezar, una y mil veces, mientras uno esté vivo»

-Gabriel Garcia Marquez-