Uncategorized · diciembre 30, 2024

El chico del taller

Esta mañana salí temprano con el coche para llevarlo a un pequeño taller que hay en el barrio donde vivo. Tenía una rueda que había perdido aire. La había hinchado hace unos días , pero se había vuelto a desinflar. Asi que necesitaba una revisión. Era una mañana fría y aunque era temprano, el taller ya estaba abierto. Un chico joven estaba por allí revisando un coche. Cuando me vió se acercó para preguntarme que necesitaba. Le comenté el tema de la rueda y me dijo que ellos no arreglaban neumáticos pero, de todas formas, le echaría un vistazo. Descubrió que tenía algo clavado que era por donde perdía aire. Me recomendó un taller cercano donde podrían arreglarla. Me disponía a irme cuando me dijo que iva a hinchar la rueda por si no podian arreglarla enseguida. Me pareció un detalle por su parte. Cuando terminó me miró y con una gran sonrisa me dijo: «Que tenga un buen día señorita». Que me deseara un buen día con aquella sonrisa dió calidez a aquella mañana invernal. Le deseé tambien un buen día y cuando ya iva a entrar en el coche me dice: «Que vaya todo bien corazón». Entré en el coche feliz y llena de agradecimiento. Aquel gesto y su actitud me había alegrado el día. ¡Que fácil es hacer que el encuentro con una persona se convierta en algo especial! El chico del taller hace un trabajo sencillo, pero se siente feliz con lo que hace y transmite esa felicidad a su alrededor. Trata de ayudar a las personas que se acercan buscando una solución a los problemas con su coche y además lo hace con amabilidad y una gran sonrisa. ¡Todo un ejemplo!